
ALLISON RAMOS
Entrevista: Annemarie Gunkel
Fotografías: Miguel Palomino
"La primera marcha del orgullo en la que participé fue cuando me fui a estudiar fuera del país. Fue hermoso, toda la gente se veía tan libre, libre de estereotipos, miedos y libre de la censura doble moral de la desnudez. Algo que jamás pensé se podría dar en Cusco en la vía pública, porque ya había sentido esa libertad en Las Rockas (discoteca LGTBIQ).
Poco después pude colaborar con la organización y ser partícipe de la primera marcha del orgullo en mi ciudad (Cusco). Así que hice tetazo como acto político y causó un escándalo (risa).
Nuestra sociedad está acostumbrada a consumir las cuerpas de las mujeres cuando es para el placer masculino. Se usan los senos para vender llantas, periódicos y cervezas sin ningún problema. Pero cuando una chica dice que es lesbiana, feminista y decide politizar su cuerpa como espacio de resistencia, es pecado y genera mucha controversia y miedo, eso también es colonial."


"Desde niña me gustaban las chicas, pero no lo podía identificar porque nos faltan modelos y es un tema tabú. La sociedad normaliza la heterosexualidad como única orientación sexual, es una norma.
Recuerdo que mi papá hacía comentarios homofóbicos y mi mamá también cuando les hablaba del tema. Ahora son mis mayores aliados. Para mí era un acto político salir del closet y contarles sobre todo a mis padres que el no poder expresarme libremente me afectaba en mi círculo más íntimo, mi familia.
Decirlo fue fundamental, porque si no se dice, tus amigos/as/xs, tu familia y la sociedad simplemente asumen que eres heterosexual. Y por eso ser lesbiana es un peso y una preocupación constante, aunque también una alegría infinita, porque desobedece una norma pre-establecida (la heterosexualidad). No debería ser así, porque deberíamos ser libres de enamorarnos, de amar, de identificarnos y de existir como queramos, y eso estamos construyendo."
"Ser lesbiana en la ciudad imperial del Cusco es una lucha constante con el conservadurismo en cada ámbito de nuestras vidas.
Necesitamos una ordenanza contra la discriminación, que especifique orientación sexual e identidad de género.Necesitamos enfoque de género transfeminista en todas las instituciones del Estado y en nuestras organizaciones, porque a las mujerxs no nos han regalado nada. Necesitamos enfoque antirracista, porque las blanco-mestizas como yo, tenemos privilegios raciales en comparación a personas (LGTBIQ+) racializadas. Necesitamos tener consciencia de clase, para que no nos vendan orgullo y capitalicen nuestros movimientos. Necesitamos enfoque decolonial porque siempre hemos existido y es la colonización la que trajo la homolesbobitransfobia y el binarismo de género.
Como leí por ahí, las personas LGTBIQ+ no estamos resistiendo 50, sino 500 años y es un mensaje poderoso porque nuestrxs ancestrxs están orgullosxs de nuestra existencia y de nuestra alegría."

Nota de la entrevistada:
Las ordenanzas y enfoques pueden demorar 50 o 100 años para materializarse a nivel nacional, pero desde nuestras colectivas estamos construyendo espacias seguras y utópicas, eso no no pueden arrebatar. Si eres LGTBIQ+ y quieres conocernos, escríbenos a: