
Entrevista: Abel Anccalle
Fotografías: César Calle
"Al llegar a la ciudad de Cusco, no siempre encontramos un espacio donde puedan converger jóvenes de otras provincias como nosotros. Muchas veces inclusive venimos todavía con el "mote", entonces es difícil socializar con gente urbana, citadina. Por eso estamos ensimismados y solitarios.
A partir de esto, surgió la necesidad de crear la compañía quechua de artes escénicas “Tawa”, un espacio en el que nos podamos encontrar no solo para danzar, pero también compartir nuestras necesidades, nuestros sentimientos y aprender juntos y uno del otro. Fue difícil empezar, es como un vientito chiquito pero después a la larga se está dando solo, porque también estamos muchos jóvenes en ese camino.
De alguna forma, también es un renacimiento de nuestra cultura andina. No solo estamos nosotros, están otras personas en la artesanía e incluso he escuchado propuestas de que quieren habilitar nuevamente la tecnología de los andenes para ampliar esto desde la ingeniería. Entones es toda una corriente, siempre hablábamos del Pachakuti, del despertar. Yo lo escuché cuando era chiquito, me lo contó mi abuela y siempre hemos tenido ese chip adentro: de que un día las cosas van a cambiar para bien".
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"Hemos hecho un padrón para los fondos de apoyo del Estado. Para ello, se ha tenido que firmar unos documentos legales. En total firmamos 53 personas que son los que están comprometidos legalmente con la compañía Tawa. Sin embargo, por el contexto actual sólo estamos viniendo a ensayar entre 10 a 15 personas.
La pandemia nos ha permitido replantearnos qué estábamos haciendo. Tenemos que ver nuestros límites en esta situación tan difícil. La idea es continuar con el proyecto de la compañía Tawa hasta donde se pueda e involucrar toda esta nueva generación de jóvenes que se sientan Cusqueños, Peruanos, Quispicanchinos, Canchinos, Acomainos con sus propias fortalezas y su identidad.
Tenemos claro que debemos empezar una corriente de jóvenes desde la revaloración de nuestra cultura. No una revaloración como una tarea de superhéroes, sino de manera personal. No se trata tampoco de volver 2500 años antes, sino vivir en el presente desde lo nuestro con todo lo que nos plantea el contexto".

"La compañía Tawa nace a partir de la unión de varias personas. Sin el apoyo de los demás chicos y sin las herramientas que ellos nos proporcionan, difícilmente se podría concretar una corriente, una filosofía. Entonces es la suma de todas estas personas que somos “Tawa”. A eso se suman los cientos con los que hemos trabajado antes, también nuestros hermanitos, nuestros padres, nuestros vecinos, los del código de la universidad, del instituto. A todos ellos los jalamos al proyecto de alguna manera. Hay muchas maneras de involucrarse y así se genera una corriente.
Para las danzas que ejecutábamos, siempre alquilábamos los trajes de Limacpampa que son netamente comerciales, entonces un día dijimos: “Oye, pero si tu mamá hace los puytus, pero si tu papá teje los ponchos. Oye, si yo tengo una comadre que hace esto o aquello". Entonces hicimos hacer el traje en Ccatca con los señores del lugar y el resultado fueron trajes muy espectaculares. De esta manera hemos explorado la danza, los trajes, lo escénico, la música. Es un despertar fuerte".
