
CLARYS CÁRDENAS
Entrevista: Annemarie Gunkel
Fotografías: Miguel Palomino
"Empecé con el feminismo por escapar de la violencia dentro de una relación pero también de la violencia en general. Cusco es una ciudad muy hostil para nosotras las mujeres y creo que el feminismo es una muy buena alternativa, no solamente para empoderarnos, sino también para ayudar a otras mujeres a salir de dinámicas que las mantienen dentro de la violencia.
Es una labor personal pero también es una construcción grupal. El feminismo es un constante aprendizaje y también una deconstrucción constante de los patrones patriarcales."


"Me ha pasado que, ya siendo feminista, se me salió una vez un “no seas niña”, como si ser niña fuera algo malo.
A las chicas se nos llena de inseguridades sobre nuestros cuerpos, nuestra vida y nuestro comportamiento, cosas muy básicas que deberían de ser naturales para nosotras. La carga subjetiva que tenemos a diario hace que repitamos patrones machistas o que incluso seamos hostiles con otras mujeres. Muchas veces somos poco solidarias porque se nos ha enseñado a competir entre nosotras, para ver quien agrada más."
"A los chicos se les enseña que una mujer solamente vale en función a un tercero, por ejemplo, si es buena hija, si es buena amiga o si va a ser buena esposa, pero no vale como persona misma. Incluso en los mismos colegios se repite este patrón. A los chicos y chicas se les está educando en un sistema patriarcal que refuerza la violencia, se burla de ella y hace que se reproduzca dentro de sus mismos ámbitos cotidianos.
Los chicos salen del colegio con un machismo muy naturalizado y las chicas romantizamos muchas veces cosas que son violencia, como los celos.
Es muy preocupante que los chistes sobre violaciones sean algo tan común. Y ahí la responsabilidad la tiene la educación y la sociedad."