
DIANA GÓMEZ
Entrevista: Annemarie Gunkel
Fotografías: Miguel Palomino

"La escalada se convirtió en mi manera de ver la vida, de encontrar un lugar donde sentirme cómoda y ser lo que soy. Me enfrento a diario al miedo de poder hacerme daño y la posibilidad de no estar más. Entendí que hay dos maneras de manejar el miedo: o quedarte inmóvil y paralizado o enfrentarlo.
Este enfrentamiento te hace valorar que estas vivo. Empiezas a ver todo diferente, especialmente las relaciones personales, poder ser sincero con los otros, ser sincero con uno mismo y aprovechar cada momento que se pueda compartir con alguien querido."
"Me mudé a Cusco porque es una ciudad muy magnética. Llegué con mi compañero Coco que es de aquí y de casualidad estaban vendiendo el gimnasio de escalada que ahora tenemos.
Casi no había nada de escalada en roca, se limitaba a la palestra y más que nada por extranjeros. Entonces sentíamos que había mucho potencial para desarrollar y que era una propuesta que podíamos hacer a los cusqueños de disfrutar de sus montañas de una manera diferente."


"Cuando fuimos por primera vez a Pitumarca nos enamoramos y dijimos: 'Listo, aquí queremos vivir.' Eso hizo que persistamos, ya que fue bastante dificil de empezar a trabajar con la comunidad. Simplemente no entendían por qué queríamos trabajar gratis para escalar una pared.
Es que la escalada, para alguien quien lo ve de afuera, no tiene sentido y era dificil de explicarles eso. Pero finalmente lo logramos y la comunidad abrió un parque de escalada con reglas y una pequeña contribución económica por parte de los escaladores.
Ahora ya es un proyecto que se mueve solo y atrae gente de muchos lugares."