
SONIA CCAHUANA
Entrevista: Annemarie Gunkel
Fotografías: Miguel Palomino
"Mi abuelita cantaba y mi abuelo fue músico, tocaba el arpa, la guitarra, el charango y la bandurria. Pienso que es por eso que tengo inclinación por el camino de la música.
Yo estudié canto lírico y luego empecé a trabajar con la familia Salas. Ellos me llevaban a cantar en misas y veladas. A la par que aprendí cantos en español también cantaba en quechua. Estos me resultaban más fáciles porque yo de pequeña ya los cantaba en casa con mi abuela."


"Quiero llevar la religión y los cantos sacros por el lado más espiritual. Con todas las atrocidades que se cometieron en nombre de la iglesia, sobre todo durante la época de la conquista, uno reniega. Sin embargo, tengo que reconocer que por nuestras venas corre sangre de ambos lados. Quiera o no, por más que yo obviamente me identifico más con Cusco y mi cultura incaica, tengo que aceptar que tengo mis gotas de sangre europea por ahí.
Finalmente sabemos que Taytacha Temblores representa a Wiracocha y las virgenes de Belén y del Rosario a nuestra Pacha Mama. Yo decidí ya hace mucho no pelearme porque crecí en un ambiente en donde los dos lados pueden convivir naturalmente."
"La modernidad, los medios de comunicación y los géneros musicales de otros lados van influenciando en los colores vocales y en los canoros locales.
Cuando empecé a cantar música sacra, mis maestros me decían: Falta algo, falta su uchukuta. Entonces tuve que hacer un pequeño estudio, escuchar grupos antiguos, agarrar casettes para conocer y recuperar la manera original de cantar. Porque no solo es la melodía y la letra lo que define la autenticidad de un género sino también el tono y el color de la voz."
